Estallar en lágrimas para florecer (Sakeru)

Por Andrés Duarte Loza




El Budo como filosofía de vida ha entendido al hombre como un observador conciente de la naturaleza de la que forma parte. Comprendió la dificultad del ser humano para abstraerse de sí mismo y comprenderse como parte de una totalidad. Por lo que muchos de sus principales preceptos surgen de la contemplación de fenómenos naturales que suceden en el universo, como totalidad de la que el hombre es parte, para luego analizar de qué manera, lo que puede observarse fuera del hombre, sucede y se manifiesta también en él. Un maravilloso ejemplo de esta cuestión es como la observación del proceso de metamorfosis que describen las mariposas a lo largo de su vida ha sido históricamente una enorme fuente de inspiración para filósofos, literatos, poetas y artistas en general. Ya que este fenómeno puede ser visto como un mensaje que el universo le da al hombre para llamar su atención y mostrarle que en la naturaleza todo cambia y se transforma permanentemente. Nada más poético que el momento en que la mariposa adulta surge del capullo en la que estuvo alojada durante la última de las etapas de su proceso de metamorfosis, como si floreciera.
El practicante de Budo es una persona en constante transformación y así como la mariposa recorre diferentes etapas en su gestación que sólo concluyen con el término de su vida. La formación física, mental, espiritual y moral que comprende el desarrollo de un verdadero artista marcial requiere la comprensión del hecho de que todo cambio implica sacrificio. El concepto de Sutemi es fundamental, implica el sacrificio y la renuncia que conlleva el cambio y la toma de decisiones. En la formación del guerrero la concientización de este aspecto de la vida era esencial. La vida es lo más valioso que existe en el universo (tanto la propia como la ajena). El Ninja conocía esta premisa, por lo que se formaba para estar preparado para sobrevivir a una gran diversidad de circunstancias adversas, pero también era capaz de sacrificar hasta su propia vida por una causa mayor. Conocía esta premisa a la perfección puesto que los preceptos del Ninpo se manifestaban constantemente a través del entrenamiento de las técnicas de combate, y en el campo de batalla en donde la conciencia del Sutemi implicaba estar permanentemente transitando la delgada línea que divide la vida de la muerte. La pérdida del temor a la muerte que se obtiene por alcanzar un estado de vacío (Ku) de la mente, era necesaria para trascender la técnica y fluir naturalmente en el espacio (kukan). Si bien hoy durante la práctica en nuestro Dojo no estamos en una situación de combate real, debemos ser conscientes que nuestro entrenamiento, llegado el caso, podría salvar nuestras vidas o la de otros. Por eso el practicante de Budo intenta recrear, en las técnicas, el instante en el que se está en el umbral de la vida y la muerte. Este momento de una técnica se asemeja quizá al instante en el que la mariposa adulta rompe el capullo que la envuelve para luego volar. Entre otros tantos de los significados que la palabra Sakeru puede tener en japonés (dependiendo de los ideogramas utilizados) puede ser: estallar, reventar, romper, quebrar, evitar y también llamativamente llorar, todos estos sentidos comparten la noción de cambio, pasar de un estado a otro.
Los conceptos de Sakeru y Sutemi van de la mano en el momento en que nos volvemos capaces de no temer a la muerte para trascender el temor que nos paraliza. Paradójicamente esta actitud ante la muerte lo que finalmente logra es mejorar nuestras vidas y la de nuestros semejantes. El concepto de Sakeru implica Sutemi en nuestro entrenamiento como en la vida ya que en el proceso de transformación que implica el cambio, pasamos de un estado a otro diferente, tal vez más maduro, tal vez más avanzado, pero no sin el duelo, el dolor y la renuncia que significa dejar atrás el pasado. Quebramos el capullo y la seguridad de lo anterior para pasar a una nueva etapa de florecimiento, estallamos en lágrimas para florecer…

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Hola! Me gustó la analogía de la mariposa y su proceso de metamorfosis como una imagen para tomar y reflexionar sobre las etapas que vamos viviendo a lo largo de nuestras vidas. Te dejo una pregunta ¿no hay otro modo de pasar a una nueva etapa y crecer, sin lágrimas?
Saludos

Entradas populares